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CANDID Magazine / Great Britain



 

 

 

Prensa-Crítica

(español)

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Orgánica Libertad

 

La obra de Guillermo García Cruz destaca en el ámbito artístico uruguayo, cuesta creer que sus obras sean producto de un artista de tan solo 29 años. Radicado en una vieja y mágica casa en el Prado, en donde convive con otras artistas y brinda talleres, Guillermo nos abre las puertas de su mundo. Vende muchas de sus obras al exterior, a través de galerías virtuales, y ha atravesado etapas con la velocidad que propone la realidad actual. Luego de mostrarnos con orgullo su casa y los distintos artistas que allí conviven con él, nos sentamos en un viejo sillón de cuero y el diálogo se inicia.

Audaz y con cierta sospecha de que se trataba de su futuro, un día grabó en su memoria el honesto consejo de Iturria con respecto a su primera obra exhibida. El reconocido artista uruguayo le recomendó dejar todo para poder dedicarle el día entero a esta profesión que dejaba en claro su habilidad plástica. “Pintá, pintá y pintá más. Así no habrá duda alguna de que te irá bien”. Desde chico, siempre sintió interés por el arte y por dibujar. Comenzó la carrera de Arquitectura, pero su vocación no iba exactamente por ese camino.

Con ganas de seguir creciendo académicamente, se recibió de profesor de comunicación visual y entre cursos y cuadros comenzó a trabajar en publicidad. Primero se especializó en caricaturas e historietas, y todo lo que tuviera algo que ver con dibujos. Con el tiempo, los ritmos con los que se mueve la publicidad lo llevaron a abrirse nuevamente en el camino. Se cruzó con el taller de pintura de Fernando Oliveri, donde aprendió arte desde un ángulo más académico. Con él empezó a experimentar el realismo, sobre retratos tan perfectos como fotografías. Continuó estudiando arte contemporáneo y, con ello, a pensar el por qué de cada pincelada. Así, en 2012, nace su primera serie, Inmanente. Una serie compuesta por impactantes retratos, con un fuerte concepto por detrás, que exhibió con gran éxito y muchas buenas críticas, dejando en claro que a partir de ese día dedicaría su vida a esto que tanto le apasiona. Una cosa llevó a la otra y meses después se encontraba estudiando dibujo y pintura del arte contemporáneo en Corcoran College, Estados Unidos. En este fantástico y muy estimulante año, se le dio la oportunidad de hacer muestras en distintas partes de este país que tanto promete, experimentando sobre nuevas paletas de colores, aún enfocado en los retratos realistas. En su regreso a Uruguay, nos cuenta que sintió una especie de vacío existencial. Luego de aquella fantástica experiencia, volvía a su lugar, con las dificultades que supone recorrer el camino del mundo plástico en un país como el nuestro. Y entonces, frente al quiebre, decidió actuar. Puso en marcha una nueva serie, que luego exhibió, donde retrataba los cien principales artistas a nivel mundial, sobre algunas invitaciones de muestras suyas en el exterior, de alguna manera plasmando lo absurdo que puede resultar la visión del artista. Y es en este momento en el que surge su actual colección, que busca poner sobre la mesa un tema controversial, donde chocan infinitas opiniones. Para Guillermo, en el arte contemporáneo importa más la ubicación de la obra que la obra en sí. De alguna manera, el museo, como institución, se convierte en parte de su obra, mientras el arte se presenta en formas más libres y orgánicas. Bajo esta línea teórica, explora con pincel y espátula entre lo experimental que le aporta la pintura y la estructura fría y perfecta de lo institucional.

Total, cualquier cosa que él haga sobre el lienzo queda validada por la estructura, que es, al final, lo único que importa en estos tiempos que corren. Si bien su serie tiene una clara línea conceptual, se pueden definir dos grupos marcados principalmente por los colores en cuestión. Por un lado, están las obras en blanco y negro, donde la institución se destaca con una llamativa línea fosforescente que atraviesa lo creativo y, por otro, un interesante juego de pigmentos y técnicas, que son resultado de su experimentación en la búsqueda del Klein Blue. En Uruguay podemos encontrar su trabajo en la galería Diana Saravia y en Aura Art and Services. Guillermo nos revela que muchas veces él es el único testigo de sus obras, que vende al exterior mediante galerías online, sin siquiera mostrarlas en Uruguay. En un proceso muy simple y por sobre todo rápido, el artista recibe el pedido y casi sin notarlo, la obra se encuentra ya exhibida en cualquier otro rincón del mundo. Nos cuenta, además, que es un recurso que abre las puertas a todo artista, ya que no solo es un indicativo del impacto y la repercusión de su obra, sino un canal al mundo y sus infinitas galerías.

Como final, nos responde a la pregunta que nos hacemos todos: ¿qué es el arte? El arte es, para Guillermo, todo lo que se quiera considerar como tal. “Hoy en día no hay un límite o categoría para definir qué es arte y qué no lo es. Todo lo que la institución considere arte, ya sea por estar en un museo o porque los demás artistas lo consideran, así será. No existen más las categorías, ni estilos, ni estructuras para definir algo que es hoy tan relativo”. Lo que sí puede es diferenciar frente a todos los tipos de arte con los que nos encontramos, los que le resultan de interés. Valora el arte que se preocupa por el concepto y por la dimensión estética de la obra, el arte que busca un equilibro. Quizás tenga que ver con su recorrido, que mucho valora la estética y resultado visual, pero siempre anteponiendo el concepto de la obra. El arte contemporáneo y, mejor dicho, el buen arte, precisa, para él, tener un concepto o generar una pregunta en el observador que, al final, se acerca en la búsqueda de un impacto. Mientras nos vamos, termina de arreglar su taller. Queda todo perfecto para recibir al jurado del premio Paul Cezanne, que lo evaluará entre los seis finalistas del premio para artistas jóvenes. La muestra se inaugurará el 9 de marzo en el Espacio de Arte Contemporáneo, donde esperaremos con ansias el puesto ganador.

Publicado en la Revista AyD, Montevideo

Marzo 2018

Escrito por Pia Aresti

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Simulacros

 

Más cercano a la nueva objetividad de Christian Schad y de la ilustración de comics que del hiperrealismo de Chuck Close, Guillermo García Cruz es uno de los nuevos artistas que explora (quizá a su pesar, quizá de forma involuntaria), los conflictos inherentes a la representación en el arte visual contemporáneo. Retratos de hombres y mujeres ocupan gran parte de la composición como si se tratara del registro fotográfico obligado ante un trámite administrativo rutinario. De no mediar en sus pinturas algunos objetos como anteojos o partes visibles de la vestimenta se podría decir que sus retratos son ligeramente intemporales. Una pincelada controlada de intención mimética intermedia es puesta al servicio de un claroscuro sobrio sobre fondos cromáticos altos. La tensión se establece a partir de las intervenciones que su autor realiza sobre los retratos: como si no alcanzara con el relato expuesto a propósito de la fragilidad pictórica de sus modelos, García Cruz los cubre de tachones, pinceladas y chorreados fortuitos que desmienten el alcance especular de sus temas para hablarnos de “la pintura misma”. La identidad del sujeto, el alarde del oficio, determinado concepto del vocablo arte, y la contemporaneidad, se cruzan en una frontera interpelante y crispada.

 

Oscar Larroca

Agosto 2012

Catálogo Exposición INMANENTE



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Guillermo García Cruz
Visitando talleres


Días pasados, llegue al taller Tres Espacio de Arte, integrado por los artistas Guillermo García Cruz (1988), Jorge Faruelo y Pablo Scagliola, ubicado en una sala dentro de una gran casa donde alquilan habitaciones.
Allí, en no mas de 10 mt2, y en un ambiente cargado de energía, vitalidad y creatividad, trabajan y dan clases, estos tres jóvenes artistas.
Llegue invitado por Guillermo, con quien tuve el placer de entablar una linda charla a propósito de su obra así como de sus objetivos dentro de su carrera artística.
Ya le tenia visto desde hace un tiempito, pero preste atención a su obra, en un retrato  que fue seleccionado con mención de honor dentro del Premio Isusa del 2011.
Artista convencido, profesor egresado del IPA, con especialización en Comunicación Visual, que a fuerza de trabajo y esmero, va encontrando su camino dentro del arte.
Tiene un estilo hiperrealista, mezcla con Pop Art, donde marca cada pliegue de la piel de sus retratos, cada pelito de las caras pero siempre bajo un sesgo muy personal, bajo un ángulo muy particular transformando el retrato en una obra con otra lectura.
Actualmente esta trabajando en la reiteración de retratos que los hace exactamente iguales, en un ejercicio que asimismo genera una experiencia artística que forma parte de la obra, digna de ser filmada para luego formar parte de otra obra.
Pero su trabajo no acaba allí, pues ha abordado un proyecto filosófico analizando las consecuencias que genera la rutina en las actividades diarias de los individuos, versus la expresión propia del individuo en cuestión.
Con un aire lúdico, interpone una veladura entra el retratado y el espectador, ocultando, desfigurando, parte de la cara que interviene con un trazo muy gestual, muy expresionista, a modo de rayón, que de una forma muy vertiginosa y con grandes pinceladas de colores shockings, oculta parte del rostro.
En otras obras va interviniendo sus perfectos y prolijos retratos con un trazo también muy gestual, anulando parte de los rostros, negando su presencia, con cruces a modo de tachaduras de almanaques, de días vividos, que a su vez deja chorretear por toda la obra.
Dicha serie la ha titulado “Inmanente”, refiriéndose a la acción que no persigue un fin superior, sino que se justifica así mismo. Todo comienza y acaba allí. Para que trascender? El arte es presente y si bien trabaja en un soporte tan clásico como el bastidor y el óleo, lo relaciona directamente con la rapidez que generan los medios digitales.
Que nos resta de nuestra personalidad si integramos un mundo tan rutinario, si somos uno mas del montón? Para que hacer un esfuerzo en captar la atención de los otros, si somos todos iguales?
Asimismo, da la impresión que quiere captar la atención del publico, del espectador, pero también se retrotrae, se arrepiente. Esa negación así mismo, esa neutralidad que nos ha producido Internet, en que todos queremos ser vistos, todos queremos estar pero a su vez cuando aparecemos nos genera cierto pudor .
Desvirtúa la esencia que otrora preocupara al artista, que era nada menos que dejar su huella, trascender, ser diferente para ser recordado.
El juego con las miradas y las no miradas, lo inmanente versus lo trascendente, son temas que pasan por la cabeza de este joven y prometedor artista a quien deberemos de estar atentos.
Esta serie de pinturas, será presentada en una exposición individual que inaugurara la galería Diana Saravia el próximo 03 de octubre.


Publicado en el Portal Cooltivarte, Uruguay
3 de setiembre de 2012
http://www.cooltivarte.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1104:guillermo-garcia-cruz&catid=38:opinion&Itemid=173
Escrito por Daniel Benoit


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La sorprendente madurez de un artista muy joven
Debut. García Cruz hace su primera muestra individual


La muestra titulada "Inmanente", que comprende una treintena de obras, algunas individuales y otras formando dípticos y trípticos, es la primera exposición individual de Guillermo García Cruz. Se pueden ver en galería Diana Saravia (Quijano 1288).
García Cruz (Montevideo, 1988) estudia dibujo y pintura con Fernando Oliveri, es profesor de comunicación visual, y co-director y docente de Tres Espacio de Arte. Antes había participado en una decena de exposiciones colectivas.
La totalidad de las obras presentadas son retratos, exclusivamente cabezas, realizados según premisas claramente establecidas por el artista. Parte de fotografías, tomadas por él, o proporcionadas por los retratados, con los rostros de frente, y siempre con lentes, lo que aporta la repetición en toda la serie de un elemento de uso cotidiano, como una suerte de hilo conductor.
El estilo, como el de Oliveri, es cercano al hiperrealismo, con una diestra y cuidada reproducción de las características personales de cada uno de los retratados, cuyas cabezas se recortan sobre fondos de colores planos que varían en cada caso. El proceso de creación es completado con la superposición de manchas y chorreados, que crean una tensión visual entre la reproducción detallada de la realidad y la gestualidad de las pinceladas que cubren ciertas partes de los retratos.
Ese recurso plástico no es gratuito ni falto de contenido. El título dado a la muestra, "Inmanente", está relacionado a la preocupación del artista por los efectos de la rutina diaria, una sucesión de hechos que no persiguen un fin superior. Sobre cómo estas reflexiones son la base de su creación plástica, y refiriéndose especialmente a los trípticos, en los que el rostro del retratado va siendo sucesivamente más cubierto, el artista escribe en el catálogo de la exposición: "La repetición de las imágenes es un recurso fundamental que aparece en las obras, pero hay algo que se oculta, el rostro se ve cada vez menos, aunque permanece debajo, existe pero no se ve. El devenir diario es reiterativo y hace que los rasgos que definen ese personaje sean más difíciles de apreciar, la mancha es cada vez más importante".
La reiteración de los mismos hechos y acciones, una repetición sin fin, también está presente en los títulos de las obras, ya sean los nombres de los meses del año o los días de la semana. Algunas de las formas que toman las manchas pintadas sobre los rostros, especialmente las cruces, son también una forma de repetición, que García Cruz compara con las rayas que hace un preso en las paredes de la celda para visualizar el paso del tiempo.
A pesar de que una primera impresión puede ser de uniformidad en los planteos, es posible diferenciar distintas variantes dentro del marco de premisas preestablecidas. Un primer grupo de obras son las individuales. Una única versión, un único retrato en los que la variación está dada por la forma y la disposición de las manchas y chorreados. Agosto es un retrato con tres de las mencionadas cruces en la parte superior, mientras que en Noviembre las manchas en la parte superior son rectangulares, el mismo tipo de manchas que en Setiembre se reiteran arriba y abajo del retrato.
Los dípticos y los trípticos muestran una sucesión, una repetición de la misma figura en los que la mancha de color va cubriendo sucesivamente una mayor parte del retrato. Y en estas obras también encontramos variaciones. En Junio, el primer tríptico de la serie, las manchas son compactas, no dejan ver la figura, mientras que en Jueves los detalles del retrato pueden apreciarse a través de manchas semitransparentes. En el tríptico Enero aparecen nuevamente las cruces, pero su número se multiplica: primero son tres, luego seis y finalmente nueve.
García Cruz es un artista muy joven que en su debut presenta una obra sorprendentemente madura. Una pintura en la que, como escribe Oscar Larroca en otro texto del catálogo, "la identidad del sujeto, el alarde del oficio, determinado concepto del vocablo arte, y la contemporaneidad, se cruzan en una frontera interpelante y crispada".

 

Publicado en la edición impresa del Diario El Pais, Uruguay.
10 de Octubre de 2012.
Escrito por Pedro Da Cruz


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Rutinas, Entrevista a Guillermo García Cruz


Guillermo García Cruz nació en Montevideo en 1988. Es artista plástico y profesor de Comunicación Visual. Estudió pintura con el artista Fernando Oliveri, y desde 2004 se dedica al diseño y la ilustración, participando en publicaciones locales e internacionales. Es co-creador y artista de Revista Sidekick. Actualmente trabaja sobre la “rutina” a través de la repetición e intervención de retratos, utilizando el dibujo y la pintura como medio principal. En COOLTIVARTE lo entrevistamos para conocer más de su obra y sus puntos de vista sobre las artes plásticas en general.


”Estuve reflexionando y pintando sobre el concepto por varios meses hasta que me conformó lo que quería decir y cómo quería decirlo”

-¿Cuándo empezaste en el arte?
-Desde niño supe que me gustaba dibujar, pero empecé con las clases  de dibujo a los 14 años más o menos y poco después me dediqué a trabajar en el área de la ilustración e historieta en varios emprendimientos. El tema de la pintura llegó más adelante pero definitivamente es a lo que más me dedico en este momento.
-¿Qué intentan exteriorizar tus obras?
-La serie que estoy trabajando actualmente habla de la rutina y cómo esa repetición influye sobre la identidad de las personas. Me interesa poner en cuestión el objetivo de lo que hacemos todos los días, a qué nos lleva todo eso, qué buscamos con eso.

-¿Cuánto hay de pensado y de espontáneo en tus obras?
-En la modalidad que estoy trabajando ahora hay mucho de pensado. Estuve reflexionando y pintando sobre el concepto por varios meses hasta que me conformó lo que quería decir y cómo quería decirlo. De todas formas después que lo defino, hay mucho de espontáneo en la realización, sobre todo en la etapa de intervenir las obras.
-¿Con qué herramientas, materiales y temáticas trabajas más? ¿Por qué eliges los materiales que utilizas para trabajar?
-Ahora trabajo exclusivamente en óleo sobre tela, pero tengo pensado experimentar con otros materiales en próximos proyectos. Lo elijo porque es una técnica tradicional en la que me especialicé, con la que creo se pueden decir muchas cosas nuevas, además de que la realización de los retratos que hago requiere un trabajo muy minucioso que tiene que ver con la idea de la obra también.
-¿Cuánto hay de independencia en cada obra y cuánto de relación con la anterior y la siguiente?
-Podría decir que me encuentro haciendo mi primera serie con un hilo conceptual definido, así que hasta ahora todas están estrechamente relacionadas.
-¿Cómo crees que influye o puede incidir el tiempo para con tus creaciones?
-El tiempo me sirve para ver las obras en conjunto y en perspectiva y darme cuenta de algunas cosas que tengo que corregir para los próximos proyectos. Es lo que estoy analizando ahora de mi última serie.
-¿Qué te interesa que generen en el espectador?
-Que la obra genere reflexión. Que la gente se identifique con el tema y repiense su actividad. Sé que es un poco pretencioso pero es lo que busco.
-¿Se puede vivir del arte en Uruguay?
-Pienso que si, conozco mucha gente que ha vivido casi toda la vida del arte, pero soy conciente de que en otras partes del mundo es mucho más fácil.
-¿Crees que en el arte contemporáneo todo es válido?
-Creo que hoy en día el arte se enmarca dentro de límites muy difusos, prácticamente casi todo es válido si, es una cuestión filosófica, que esté de acuerdo o no es otra cuestión.

-¿Cuál es tu opinión de la escena local en cuanto a las Artes Visuales?
-Hace poco que estoy involucrado con el ambiente de las Artes Visuales, pero lo que puedo decir es que la manera de que tu obra llegue a verse es proponérselo, la convicción es fundamental. O sea, yo me quejaba mucho hace un tiempo de no tener espacios para exponer, pero desde que me propuse dedicarme en serio a la pintura se me han abierto muchas puertas en al ámbito local.

 

Publicado en el Portal Cooltivarte

9 de Octubre de 2012

http://www.cooltivarte.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1186%3Arutinas-entrevista-a-guillermo-garcia-cruz&catid=46%3Anoticias-top1&Itemid=421&fb_source=message



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Dos Nuevos Pintores



“…La Galería Diana Saravia, Carlos Quijano 1288 bis, inauguró obras de Guillermo García Cruz (Montevideo, 1988), formado con Fernando Oliveri, co-director y docente de Tres Espacio de Arte. Primera individual en la línea hiperrealista, aunque a diferencia de sus colegas uruguayos que representan figuras de cuerpo entero, se concentra en el rostro que luego borra con gruesas pinceladas donde aparece, así como en la resolución de algún peinado, la sensualidad que quiebra la placidez de la objetividad y de la imagen figurativa.”

 

Publicado en la edición impresa del Diario La Republica, Uruguay.
6 de Octubre de 2012

Escrito por Nelson Di Maggio

 

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Press-Critics

(english)

 

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"...Guillermo Garcia Cruz is a young artist from Uruguay that brings a very interesting figurative artwork. After participating in several collective exhibitions, this raising artist does his first solo show called "Inmanente" in Montevideo on 2012, which was very well received by the critics: "Garcia Cruz is a very young artist that in his debut presents a surprising mature work"(Pedro Da Cruz, El Pais Newspaper). Later, he moves to Washington DC to continue his career in the United States, where he is working in future shows for this year, highlighting his next Solo Exhibit at the Uruguayan Embassy this October 17th. Always related with portrait, his first years working in the field of illustration and comic, helped him to dominate figure drawing since his early age. His current works investigate the concept of "routine" through repetition and intervention of portraits, using painting and drawing as his favorite mediums. 

Although the 2012 works show the repetition of images in series, in his new works he goes beyond, mixing images in the same canvas, achieving very interesting visual effects. Garcia Cruz is one of the must-see of the new figurative painters and at his 25-year-old presents a body of work that besides technical virtuosity, research on issues of contemporary life making questions to the spectator of the paintings".

 

My Life Style Magazine

Article: "Contemporary art from Uruguay"

New York, USAAugust 2013

 

 

 

 

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